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El exministro de la Presidencia, Yerko Núñez, desde la clandestinidad, difundió un mensaje en el que niega que existiera un “pacto” con el Movimiento Al Socialismo (MAS), y explica que durante el Gobierno de transición no era posible el cambio del fiscal general ni la anulación de la personería de ese partido.

La exautoridad, que es procesada por los hechos de 2019, responde a las “difamaciones e injurias”, que apuntan a un acuerdo para mantener en su cargo a Juan Lanchipa y para no eliminar al “instrumento de cambio”.

“Los objetivos principales del Gobierno de transición eran la pacificación de la aguda crisis política y social que había iniciado Evo Morales con el desacato del referendo 2016 y la embriaguez en abuso de poder que desató el levantamiento del pueblo boliviano y la convocatoria a nuevas elecciones debido al monumental fraude perpetrado por el MAS. Estos dos objetivos fueron cumplidos”, indica el punto número uno de su publicación.

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El segundo y el tercero explican que la remoción del titular del Ministerio Público “no es competencia del órgano Ejecutivo, es una atribución exclusiva del órgano Legislativo”, mientras que la cancelación de la personería jurídica del MAS, dependía del Órgano Electoral.

“No podíamos seguir con la vieja práctica del MAS del control absoluto de los poderes del Estado”, sostiene el excolaborador de confianza de la expresidenta Jeanine Áñez, enfatizando que “no fue fácil gobernar teniendo como oposición en el Parlamento a los 2/3 del MAS liderado por Evo Morales, desde Argentina”.