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Convulsión social y represión en Senkata reavivó las diferencias de discriminación y desigualdad en El Alto

Por su parte, Claudia Condori, del Movimiento Colectivo Warmisisa, dijo que El Alto, como fuerza social e importante bastión político en Bolivia

hace 3 año(s)

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La Presidencia de la Asamblea Legislativa (ALP) realizó el 9 de enero el conversatorio “Abordajes del Conflicto 2019 desde los Colectivos Alteños”, donde las agrupaciones de jóvenes de la ciudad de El Alto expresaron su repudio por las muertes y heridos en la zona de Senkata registrados en noviembre pasado, a causa de la convulsión social y represión de las fuerzas del orden contra esta ciudadanía que se alzó en defensa del proceso de cambio liderado por el expresidente Evo Morales.

Los colectivos Curva, Warmisisa, Reales de El Alto y Pucara, a través de sus representantes, confluyeron en que la juventud alteña participó en un principio en los conflictos sociales de octubre y noviembre de 2019, en apoyo a la democracia; pero después, a causa de la discriminación generada en las redes sociales y los medios de comunicación convencionales, tomaron una posición radical que hizo visible la separación marcada de clases sociales, la inclinación político partidaria y el reflote del racismo.

“Nos duele que a partir de las movilizaciones de octubre y noviembre hayan surgido grupos radicales que mostraron la violencia hacia a la mujer de pollera con términos discriminadores como ‘hordas salvajes e ignorantes’” manifestó Víctor Pinto del colectivo Curva, tras expresar su impotencia ante la dura represión policial y militar que encabezó el Gobierno transitorio de la presidenta Jeanine Áñez. El conversatorio se desarrolló el jueves en la noche en instalaciones de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional.

Por su parte, Claudia Condori, del Movimiento Colectivo Warmisisa, dijo que El Alto, como fuerza social e importante bastión político en Bolivia, fue ninguneado con la afrenta a la wiphala, que en un principio fue rechazada por el Gobierno temporal y los posteriores calificativos de “salvajes” por la férrea oposición a su mandato.

“A El Alto no se le dio ni se le da las mismas consideraciones que a otras regiones, hay maldad implícita de racismo, que no reconoce el potencial político de esa ciudad que siempre estuvo de pie enfrentando las crisis políticas del país”, sostuvo Condori al recordar lo sucedido en octubre de 2003, cuando la ciudad de El Alto aceleró la salida de Gonzalo Sánchez de Lozada.

En tanto, Elvis Quispe, del colectivo Los Reales de El Alto, señaló que en los conflictos vividos en esa urbe, no se puede calificar como “saqueadores” a toda la población alteña y las 20 provincias del departamento de La Paz, cuando en la realidad existe un compromiso generalizado de defensa de los recursos naturales y de la política de inclusión social promovida por el Gobierno de Evo Morales.

“No hemos demostrado indiferencia ante los muertos y heridos por los alteños, hemos salido a las calles, al igual que las 20 provincias que sufrimos discriminación de cada Gobierno. En la anterior gestión hubo cambio, igualdad, fuimos reconocidos, valorados como alteños, antes no pasaba eso. El anterior Gobierno hizo lo que otro no hizo, y con este Gobierno se ha quemado la wiphala, se vio discriminacion, racismo hacia los aymaras… nosotros como alteños solo queremos la paz, queremos respeto, que no nos den migajas porque somos personas y queremos ser valorados”, sostuvo.

Finalmente, Guido Jesús Alejo Mamani, del Colectivo Pucara (que publica una revista periódicamente), indicó que se abocan a analizar la problemática político-social-antropológica de El Alto, donde identificaron como una de las más claras debilidades la ausencia de formación de futuros líderes y cuadros políticos, al igual que la falta de medios de comunicación sólidos en el manejo de información, al considerar la existencia de un periodismo prebendal en la urbe alteña.

Considera que estas debilidades deben ser encaradas por la nueva juventud dirigencial alteña surgida tras la convulsión social de octubre y noviembre de 2019, con el propósito de elaborar una agenda común que busque la ejecución de los pilares de desarrollo humano, progreso, modernidad e inclusión social, sin racismo, en adelante.////


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